viernes, 20 de octubre de 2017

Chile fuera de Rusia 2018 (out of World Cup)

Mucho se ha dicho de la eliminación de Chile al mundial de futbol Rusia 2018, tal vez demasiado.
Pero de lo esencial (futbol), poco. 

Hablando con amigos, coincidimos en que el proceso de la selección que alguien proclamo “dorada”, ha tenido una historia similar a la nuestro país económica y socialmente. 
En resumen cuando nos fue bien, celebramos, éramos los mejores, pero para alcanzar la gloria hubo olvidar la ética, lo importante es ser campeones, no importa cómo. 
Si alguien cometía un hecho reprochable, se escondía, lo que importa es ganar. 

El mediocre ante la imposibilidad de conseguir lo que quiere o prometió lícitamente, simplemente hace trampa. 
Tal vez algunos quieran personificar esta cultura del “súper tramposo”. 
Por lo que hemos visto en la pichanga de barrio y la premier league las cosas no son muy distintas, al comercio ambulante y al retail. Las repactaciones engañosas de crédito en La Polar, las explicaciones irónicas de Aguas Andinas, Enel (Chilectra) a los cortes de suministro por causas naturales conocidas, el engaño constante de operadores de fondos financieros y una lista que puede ser bastante larga. 

Pero ante el fracaso, se nos olvida la complicidad que tenemos, como saboreamos los triunfos sin importar cómo se consiguieron y nombramos héroes a jugadores y ejecutivos, que nos hicieron ganar. 
Porque ante el fracaso los trapitos salen al sol: haber ofrecido un seguro que el cliente no necesitaba, haber repactado una cuota en vez de averiguar cuándo la podía pagar el cliente, haber ofrecido un servicio que tiene alto número de reclamos o peor aún no existe, desconocer un contrato, postergar el pago al proveedor simplemente para que no se acostumbre a tenerlo oportunamente, disfrazar los número en un directorio, o simplemente comerse (robar) un paquete de galleta en el supermercado. 

Para acostumbrase a ganar, hay que acostumbrarse a trabajar en serio y con gente que quiera colaborar en ello; descubrir las debilidades y fortalezas. Cuándo se pierde, reconocer la derrota y buscar la causa para corregirla; y cuando se gana tener la humildad para dar el justo mérito al derrotado, el triunfo es nuestro. 

Trabajemos para ser campeones en lo que nos toca cada día.